martes, 24 de enero de 2012

Me han preguntado, me toca responder

...Porqué la vio y ya nunca más volvió a ser el mismo. Odiaba la idea de que siempre iba a estar allí cuando quisiese olvidar; también la idea de que sus sábanas le harían el saludo con solo ponerse el sol...
Así empezó la historia del mini libro, "No dejes para mañana.... lo que ya perdiste ayer".


[...]y, el simple hecho de pensar que, en abrir los ojos se encontraría con otros de color serpiente, le fascinaba. Era como si la más dulce pesadilla hubiese decidido, por ella misma, hacerse real. 
Pero ¡Qué va! Perdía el dulce con cada palabra... Sus labios serpenteaban uno detrás de otro, NO. Tocaba sonreir, divertirse un poco más y, luego, a casa. 2 a.m, las manos en los bolsillos, pensando dirección a casa y con una sonrisa pícara. Así volvía él a casa, después de quererse poco.


Se tardaron 10 años en escribir esa triste historia de locura, lujuria y besos. Y aun no está terminada. No, porqué corre en paralelo con otro libro, uno más grande y mucho más importante. Un libro de tapa dura, nada de bolsillo.


[...]-Para cuando decida saber de que va todo esto, puede que sea tarde y ya no tenga tiempo ni para llegar a la sesión golfa. -Era lo que pensaba cada vez que cerraba los ojos para descansar de un día duro.
Pero no dormía, no. Solamente pensaba. Pensaba en las palabras que le salían sin más en cualquier momento, durante el día y la noche, a la hora de la cena o del café... No importaba el momento, solo importaba su cobardía. 
-Tan cobarde soy, que me da miedo dormir por si, cuando despierte, ella ya no esté... 
Y, en un par de minutos, se había quedado dormido.


Y, de aquí, "El fragmento que nunca debió ver la luz"... 
Si, todo por poder explicar de dónde viene esa entrada, pues bueno, más o menos viene de ahí. De un sueño que alguien tuvo una vez, un pensamiento poco claro, mucho lápiz y mucho papel.
Y la historia no termina... Porqué, ahora, se ha vuelto a abrir. Un lápiz nuevo, pero con más espinas, espera para que se llenen de grises las hojas de un mini libro que resultó de una mañana ociosa de verano, del 2002 y no va a acabar nunca.
Y, al igual que piensa él, es odioso saber que no va a terminar nunca, que se va a repetir una y otra vez y va a estar ahí, él, con las manos en los bolsillos mirando la vida pasar sin atreverse a dar el paso que será el inicio de un universo... Solamente hay que seguir llenando las hojas de ese libro, poco a poco... Pero cansa. Cansa mucho dedicarle una vida a un libro porqué, a veces, no tienes ganas ni de verlo, ni de empuñar el lápiz que le dará vida a un par de dispares personajes sin sentido... y si, cuando levantes la cabeza y digas: hoy se cierra hasta próximo aviso... la cobardía hará, no que no lo cierres, sino que le escribas 3 páginas más...


(Historia del mini-libro  "No dejes para mañana.... lo que ya perdiste ayer", Me preguntaron de dónde salió el fragmento que nunca debió ver la luz, pues de ahí)

domingo, 22 de enero de 2012

Era cuestión de horas...

No siempre todo es de color de rosa. A veces se tuerce y el rosa se vuelve gris, más gris y, al final, negro.
Y, cuando esto sucede, mejor será recordar que hemos hecho mal para que no vuelva a sucedes porque, las heridas, como el miedo, son algo que duran por mucho tiempo.
El miedo. Ese gran amigo de la oscuridad, pero también de los días de luz. Esos días en los que todo es perfecto, la comida es perfecta, el bar es perfecto, la gente es perfecta, él/ella es perfecto... Y, de repente, todo se mete dentro de una espiral de complicaciones y no puedes salir.
Esos momentos, esas situaciones que tanto nos incomodan, que nos hacen daño y nos marcan para mucho tiempo, son las que construyen los cimientos de nuestras vidas. Y con ellos andaremos mas de la mitad de nuestro camino.
Pero, a veces, esos cimientos se construyen mas duros de lo necesario. Una derrota tras otra; una pérdida detrás de otra; mas de mil equivocaciones... Y te construyes tal fachada que ni el castillo del Rey Arturo.
Esa fachada impenetrable, esa coraza que nos protege de cualquier dolor, de cualquier malentendido. Esa coraza que, en verdad, nos hace ser quienes no somos. Somos buenos por naturaleza pues, ¿por qué se necesita un caparazón que muestre al mundo tal insensibilidad?
Todos lo hemos hecho alguna vez: disfrazarnos de guerreros con alma de mariposa.

Pero todo portón de todo castillo tiene su vulnerabilidad, ¿por qué negarlo, no?
Siempre queda una brecha por la que un soldado del bando contrario intentará burlar tu guardia... Y, ¿sabes sus intenciones? Me explico.

Ves llegar un caballero oscuro, cierras la puerta, tu coraza se ciñe a tu cuerpo. Pero ¿Qué pasa cuándo no es tan oscuro? ¿Sabes en qué piensa? ¿Qué quiere?
Para ello deberás abrir la puerta, dejarle cruzar el foso y recibirle con preocupación, pero con ansia de saber sus intenciones.
Bien pues, en la vida, lo mismo. Nos podemos hacer la coraza que queramos, encerrarnos dentro de un castillo, decir NO, NO y mas NO. Que eso no es para ti, no va contigo y NO lo quieres.
¿Cuándo has decidido ser infranqueable? ¿Sabes que es un guerrero malo? Igual viene en son de paz, quién sabe, descúbrelo, ábrete, rompe esa coraza que te impide ver la vida tal y como viene y, luego, juzga.
Si. Te vienen a la cabeza todo el daño anterior, el porqué de tu fachada tan dura y te cuesta quitarte el disfraz de batalla y ponerte el de "puede que hoy sea mi día, voy a intentarlo".
Inténtalo. Por una vez, deja salir el alma de mariposa. Deja volar tus verdaderos sentimientos y relájate. Levanta la cabeza, huele el viento y piensa "hoy me enfrento a mis miedos". Porqué es él... El miedo es el que nos oculta detrás de una pared gris y sin sentido. El miedo que alguien o algo nos ha provocado. Pero vamos a aprender la lección:
NO todos somos iguales y, por supuesto, DÉJATE QUERER...

(22/01/12, A.Moreno... True Story)

PD: HAZ LO QUE DIGA, no lo que haga yo...



Te juro que no puedo más pero me da igual, solo me dura un segundo. Luego vuelves a atacar, y me pides paz y me creo el rey del mundo.